Sabemos que es posible aprender un idioma usando un diccionario, una gramática o tomando un curso. A medida que dedicamos más tiempo, aprendemos un vocabulario básico y una pronunciación suficiente que nos permita entender y hablar. Todos aprendimos la lengua materna de nuestra familia cuando éramos pequeños, pero muy pocos de nosotros buscamos el significado detrás de ese idioma y como esto tiene una gran influencia en nuestras vidas. Emprender esta búsqueda es realizar un viaje excepcional que puede transformar toda nuestra vida. Este es un viaje que he vivido investigando las palabras de mi propio idioma, el Nehluen.
Este es el idioma común utilizado en todas las comunidades Innu de la provincia de Quebec, Canadá, desde Lac St-Jean hasta Labrador, pasando por la parte baja de la Côte Nord. El alfabeto Innu 11 consonantes y 7 vocales. No es posible negar que es un idioma complejo de aprender para un estudiante nuevo, pero a la vez es muy gratificante debido a su naturaleza pictórica. Las palabras representan más que simples conceptos; crean una imagen, una escena, animan un pensamiento, definen una acción precisa vinculándola con el entorno. Las palabras Innu son muy exactas, descriptivas y llenas de vida.
La razón subyacente es que hay un vocabulario específico para la vida del pueblo y otro para el monte. Estos matices se vinculan con el entorno correspondiente, que en sí mismo es indisociable del pensamiento, y por tanto de la expresión verbal. Dado que el paisaje cambia a medida que avanzamos de Sur a Norte, y de Este a Oeste, también lo vemos reflejado en las palabras que se utilizan para designar las características específicas de cada lugar. Es esta precisión de las palabras lo que nos permite comprender las relaciones que existen entre la flora, la fauna y los animales que viven allí. El ser humano debe adaptarse a las características de su entorno, ya que él hace parte de entorno mismo. Está incluido en este gran círculo donde prevalece la interdependencia.
Para entender mejor cómo funciona el idioma Innu, tenemos que posicionarnos en el contexto del pensamiento circular. Un ser humano y su entorno son indisociables en este tipo de pensamiento. El pronombre 'nosotros' servirá como ejemplo para comprender mejor los posibles matices. Si quisiera hablar de 'nosotros' que nos incluye a mí y a ti (singular o plural), entonces usaría 'TSHINANU'. El prefijo 'TSHI-' corresponde al propio ser en todas sus formas. Si quisiera hablar de “nosotros” pero de una manera que te excluye, ya sea singular o plural, diría “NINAN” (con el acento en la segunda N). Tshinanu – la forma inclusiva de nosotros – invita a compartir, a la vida comunitaria, ya que no hay barreras en la palabra Tshinanu. Es un 'nosotros' colectivo, una mano abierta extendida a los demás, invitándolos a ser parte del círculo. También cuenta correspondientemente la historia de la comunidad de vida de la persona que habla o escribe. Esta palabra pone en relación la tierra, los animales, las plantas y los pueblos en un mismo pronombre.
El ‘nosotros’ exclusivo (NINAN) representa a la persona que está hablando de algo, pero sin el oyente o el grupo de oyentes. Tomemos, por ejemplo, un cazador que habla sobre el momento en que estaba solo con el ciervo. Dirá NINAN porque, por supuesto, los oyentes no estaban allí con él en ese momento exacto con el ciervo. La precisión de la palabra transmite así una imagen muy clara del mensaje, definiendo el papel de todos en la escena descrita. Hablar un idioma es mucho más que usar palabras, ya que también define identidad y pertenencia. Dibuja un retrato del origen nativo de la persona.
Para hablar de la zona de Quebec habitada por los innu, utilizamos la palabra Nitassinan (nuestra tierra), que también habla de nuestra tierra interior, de nuestras raíces. Para la tierra tradicional de nuestras familias en el monte decimos Nutshimit. Representa la tierra del silencio, el discurso interior, el lugar del descubrimiento personal, sin presiones. Al presentarse y dar el nombre de la comunidad de la persona, las personas tienen una idea del individuo a través del territorio, lo que a su vez habla de una cultura y modo de vida particular de las personas que allí habitan, sean nómadas o sedentarias.
Cuando a una persona Innu es le niega el contacto con su territorio, se rompe profundamente el vínculo con su identidad. Significa una pérdida de raíces vivas, como convertirse en un extraño para sí mismo. Como resultado, las palabras, cargadas de contexto, se desorientan en el nuevo entorno, ya no hay silencio, ya no hay raíces. Es exactamente este tipo de vínculo roto, esta profunda herida lo que mejor describe la ubicación de los pueblos indígenas en reservas y escuelas residenciales, y la solución solo es lograble volviendo a la tradición. Recordemos que la supervivencia de nuestras naciones luego de estos traumáticos hechos descansa sobre los hombros de nuestros mayores quienes orgullosamente protegieron nuestra cultura a través de la tradición oral. Nuestro entorno es la tierra, el bosque, las plantas, los insectos, los animales, el agua, el aire y los seres humanos que son los administradores del don del creador. Un círculo de vida interdependiente. De generación en generación, nuestras enseñanzas dicen que la tierra no nos pertenece, sino que nosotros le pertenecemos a ella, teniendo en ella nuestras propias raíces distintivas.
Tshinashkumitin Iame
Missinak Kameltoutasset
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