Napuro

Aerial view of napuro on Cuyo Island
  • Idioma: Cuyonon
  • región: Islas Cuyo, Filipinas
  • Colaborador(a): Aldrin Lee
a forest that looks like ‘an island within an island’
un bosque que parece "una isla dentro de una isla"

Vengo de la isla de Cuyo en Filipinas. Mi lengua materna, el cuyonon, contiene ricos sistemas de conocimientos sobre el entorno físico de Cuyo que son mucho más intrincados y pragmáticos que el conocimiento occidental que aprendemos a la escuela. Nuestra lengua también codifica la forma de relacionarse con estos ecosistemas, basada en el tipo de relación que nuestros antepasados han forjado con la naturaleza a lo largo del tiempo.

En Cuyonon, tenemos un ecosistema forestal llamado napuro. Literalmente, napuro significa ‘se convirtió en una isla’ y se caracteriza por sus grandes y viejos árboles en la zona central, perfilados con enormes rocas, que crean un territorio propio - una isla dentro de otra isla. En su interior, crecen árboles frutales, como el kasoy ‘anacardo’, lumboy (ciruela de Java) e incluso el santol (fruta del algodón). También contamos con el napuro para un tipo específico de bambú que utilizamos para los muebles, e incluso para el inyam ‘cereza de Quensland’ una especie de cereza silvestre cuyas hojas son las favoritas de las vacas y las cabras.

El napuro se aborda con cuidado. En primer lugar, dentro del napuro reside un ‘señuelo de lo desconocido’ que puede imitar la voz de uno desde cualquier dirección. También, puede imitar la voz de un compañero, tentando a uno a seguirlo y eventualmente perder el camino a casa. Recuerdo que mi madre me recordaba que debía mantener la voz baja y siempre a su lado mientras recogíamos anacardos en un napuro cercano nuestra casa. En segundo lugar, un pilar de cada napuro es un árbol especial que llamamos nunok ‘arbol de banyan’. Creemos que dentros de los nunok viven criaturas que llamamos beken i ameng kapareho que no son como nosotros. Por lo tanto, hay que tener mucho cuidado al pasar junto a un nunok para no ofender a los “otros’ ya que suelen ser inofensivos si no se les provoca.

Un ecosistema forestal contrastante en nuestra isla es purantok. El acceso a purantok es difícil y peligroso, no solo porque es extremadamente denso, sino también porque creemos que es el hogar de criaturas salvajemente hostiles (tanto naturales como sobrenaturales). Representa un bosque caótico y sin gestión, y sería muy espeluznante vivir cerca de un purantok. Purantok no solo exige respeto, sino que también intimida hasta el punto de que uno preferiría no acercarse a él. Y no estoy seguro de si alguien se ha atrevido a hacer kaingin 'agricultura de tala y quema' en un purantok todavía. ¡Eso hubiera sido tan valiente y tonto!

Purantok, comprensiblemente, soporta la crueldad de los humanos mucho mejor que napuro. Mi madre y algunos de mis hermanos a menudo recordaban lo devastados que se sintieron cuando un napuro cercano se quemó, dejando a los animales quemados hasta la muerte y muchos árboles grandes y viejos talados sin piedad. No solo perdimos una abundante fuente de alimento para nosotros y para el ganado, sino que también temíamos que las criaturas inofensivas que sobrevivieran allí pudieran guardar rencor a los humanos.

Tenemos muchos otros nombres de bosques: talunan para donde prosperan los animales salvajes, sugod para semi-bosque, tierra arada donde se cultiva arroz, plátanos y similares. Kageban para bosque antiguo (más común en el continente), que presenta ecosistemas de agua dulce como el sapa 'arroyo', algo que no se encuentra en las islas de Cuyo.

En mi trabajo pienso en cómo los filipinos se comunican y/o negocian con la naturaleza a través de expresiones lingüísticas, y cómo la entrada de las religiones occidentales comprometió esa relación armoniosa. Es difícil entender esto si no creciste cerca de la naturaleza y/o solo te basaste en los libros de texto desde una perspectiva occidental. Ahora que nos enfrentamos al agotamiento de las reservas forestales, la solución no es solo plantar un árbol, sino construir una isla de árboles como el napuro y, si es posible, volver a aprender el tipo de relación que teníamos con la naturaleza antes del proselitismo. Sin reconsiderar nuestros valores hacia la naturaleza, no podremos restaurar los tipos de ecosistemas que son armoniosos y sostenibles.

Haz un viaje a Napuro en la isla de Cuyo. Videógrafo – Ronald Chu Palay 2021
Árbol creciendo dentro del Napuro. Fotógrafo – Ronald Chu Palay 2021
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Este trabajo (texto y fotografías) está bajo una licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International License.

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