|Xau

  • Idioma: ǀXam
  • región: África del Sur
  • Colaborador(a): Sylvia Vollenhoven, Virginia MacKenny and collaborators
to shoot with a magical arrow or go on a magical expedition
disparar con una flecha mágica o realizar una expedición mágica

En la ahora extinta lengua del pueblo Bushman |Xam del sur de áfrica |Xau o |Xaun significaba disparar con una flecha mágica o ir en una expedición mágica.

Mi gente tenía una palabra – No, más que una palabra – |Xau fluyó a través de nosotros – Vivió en nosotros – Nos conectó – Luego nos dejó

Cuando se fue – Esta palabra que es más que una palabra – Cayó por las montañas – y de nuestras bocas – Una posesión preciosa… robada, desaparecida

Nada ha venido a llenar la casa vacante de los |Xau – La magia no habita en el hogar de las nuevas palabras – Flechas rotas desconectadas – Sin rumbo

Nuestros niños juegan con palabras vacías – Que no hablan de viajes místicos

|Xau – Mi gente tenía una palabra

|Xau – Mucho más que una palabra

|Xau – Melodías que ya no se escuchan

Pero en lo profundo de la tierra hay sanación – La tierra espera que hagamos lo correcto – Las voces ancestrales nos guían de regreso – Hacia otras flechas mágicas – Y la melodía de las palabras que son más que palabras

Al |Xau de ahora

Por Sylvia Vollenhoven

Es difícil restaurar nuestras conexiones con la tierra, nuestro amor y respeto por todo lo que existe, sin encontrar el |Xau de ahora.

Cuando era una niña creciendo en Sudáfrica durante la era del apartheid, mi lengua materna fue el Afrikáans, un fascinante idioma híbrido de origen esclavo y el más joven de nuestro continente. Toma en sus brazos a Asia, África y Europa y está más cerca de nuestros corazones que el inglés (la lengua franca de Sudáfrica). Cuando era una mujer joven que lidiaba con problemas de identidad, la propaganda del apartheid declaró que una versión de mi lengua materna era el pegamento lingüístico para conducir al pueblo afrikáner blanco del nacionalismo racista a la nacionalidad del siglo XX.

Para los descendientes mixtos de los colonos y los esclavos (traídos a Sudáfrica principalmente desde Asia y otras partes de África) nuestra versión del Afrikáans ha sido hasta hace poco la única herramienta que hemos tenido para construir y solidificar una identidad africana. 

Pero ahora las cosas están cambiando. Estamos yendo atrás en la historia para buscar preciosas posesiones intangibles que han sido arrancadas de nuestra existencia, de nuestro ser. Se habla de recuentos históricos de autoridades coloniales que le arrancaron los dientes delanteros a mi pueblo para que no pudiéramos pronunciar los chasquidos de nuestras lenguas indígenas. Pero en el sur de África, la gente está sanando y volviendo a aprender los idiomas que han sobrevivido, principalmente el khoekhoegowab o su equivalente más cercano, el Nama.

La palabra concepto |Xau, desenterrada en un diccionario antiguo, es un poderoso ejemplo de lo que hemos perdido. Las lenguas más nuevas, ineptas en comparación, que han venido a reemplazar los ricos léxicos indígenas no tienen una palabra que se acerque en significado a “disparar con una flecha mágica”. 

Cuando nuestros idiomas fueron destruidos, perdimos elementos importantes de nuestra cultura y perdimos civilizaciones enteras. Hemos perdido perspectivas únicas y una forma de estar en el mundo. Al emular una forma colonial de expresarnos, se ha roto nuestra conexión con la tierra y con los aspectos divinos de nosotros mismos. Esta desconexión, este quiebre, alimenta la autodestrucción y, en el proceso, ayuda a la destrucción de la tierra que nos sustenta. 

Desorientados en la vorágine del mundo moderno, en busca de lo que hemos perdido, necesitamos encontrar esas flechas mágicas. Necesitamos encontrar el |Xau de ahora para restaurar nuestra relación con la tierra y aquel aspecto divino en nuestro interior. Solo así podremos volver a valorar la tierra una vez más. Solo entonces comenzaremos a sanar lo que ha sido destruido por dentro y por fuera.

Sylvia Vollenhoven es una autora, dramaturga y cineasta indígena sudafricana. Su obra seminal sobre la identidad khoesan, The Keeper of the Kummfue galardonada con el prestigioso Premio Mbokodo de Literatura de la nación y preseleccionada para todos los principales premios literarios de Sur Africa.

Mas sobre la lengua |Xam

El Idioma del que proviene la palabra |Xau o |Xaun es |Xam (oye cómo pronunciar esta palabra)

ǀXam es considerado por algunos como un idioma extinto del pueblo Bushman (un término reclamado y preferido) del sur de África, pero su resonancia se puede encontrar en los idiomas khoikhoi modernos en el subcontinente. El principal idioma moderno emparentado que ha sobrevivido a la devastación colonial es el khoekhoegowab. |Xam fue hablado por el pueblo ǀXam-ka ǃʼē. Este nombre o agrupación era más una distinción regional y geográfica que cualquier otra cosa. Gran parte del trabajo académico sobre ǀXam fue realizado por el Dr. Wilhelm Bleek, un lingüista alemán del siglo XIX, su cuñada investigadora Lucy Lloyd y sus informantes maestros ǀXam-ka ǃʼē ǁKábbo, Diaǃkwāin, ǀAǃkúṅta, ǃKwéite̥n ta ǁKēn, ǀHaṅǂkass y otros oradores. Como resultado, existe un corpus sobreviviente de ǀXam que proviene de las historias contadas por estos individuos en la Bleek and Lloyd Collection at the University of Cape TownLa hija de Bleek, Dorothea, se sumó al trabajo y compiló un "Diccionario Bushman" que se publicó muchos años después.

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Música de flauta lakota de Tiokasin Ghosthorse

Lee el post completo sobre la palabra Wíyukčaŋ

Tiokasin Ghosthorse,Lakota del río Cheyenne, habla internacionalmente de la perspectiva de la Paz, los Indígenas y la Madre Tierra.

Un maestro músico de la antigua flauta Lakota, actúa en todo el mundo y se ha presentado en la Catedral de Saint John the Divine, el Lincoln Center, el Madison Square Garden, el Museo Metropolitano de Arte (MET), el Museo Ruben, la Biblioteca Morgan, el Teatro Apollo, las Naciones Unidas y muchos otros lugares. 

Mariposa contra el viento

Luna del amanecer

El álbum reciente de Tiokasin Akantu: Origin Series

“Esta fue una reunión de Naciones Originarias y nociones de seres con la evolución elemental de dejar ir el misterio a donde quiera con música, palabra hablada y presencia.”

"La música, a la que llamo 'intuición-improvisación', pretende sacar a los oyentes del constante ajetreo y el bullicio de las ciudades y áreas urbanas de todo el mundo y llevarlos a la quietud de mi mundo."

“El mío es un mundo donde la simple escucha y la Madre Tierra trascienden todas las demás preocupaciones”.

– Tiokasin Ghosthorse

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Hyká

  • Idioma: Muysk Kubun
  • región: Colombia Central
  • Colaborador(a): Diana Castillo and Michael Ramírez, COMUNIDAD MUISCA CONA, PEDAGOGÍAS ANCESTRALES
name; stone; speech
nombre; piedra; habla
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Las piedras son la palabra y la memoria latente de nuestro territorio y de nuestros antiguos, son la muestra de que por estas montañas caminaron. Son abuelas sabedoras de una palabra, antigua, profunda y compleja; palabra de consejo que solo puede ser escuchada a través de la paciencia, el profundo silencio y los otros sentidos.

Abrigos rocosos que guardianan y posibilitan la vida sosteniendo con firmeza nuestra lucha y nuestro pensamiento, su piel y sus cicatrices son testigas de el trasegar del tiempo,y a su vez, son manifiesto de que pervivimos.

Cuando nos encontramos con ellas, nos sentamos a mirar hacia adentro, hacia nuestro pasado allí guardado y ensoñar para recordar los caminos de las quebradas, el canto de los pájaros del ayer, preguntamos por su propósito y enseñanza.

Las hyká son puentes que nos han permitido recordar y legitimar la lucha por el buen vivir de nuestros pueblos.

Las hyká son nuestros abuelos y les defenderemos.

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Ïe cho

  • Idioma: Muysk kubun
  • región: Colombia Central
  • Colaborador(a): Cesar Sánchez León, Comunidad Muisca CONA, Pedagogías Ancestrales
Buen camino; buen vivir
Good path
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Versión en español

Ïe cho

Nuestro vivir bien es el Ïe cho , es reconocer que todes somos parte de la madre tierra.

Entregar nuestra vida como humanidad para hermanarnos con el territorio que habitamos y en el que fuimos sembrados.

Ïe cho es cuidar el territorio.

Es cuidar nuestras relaciones con los pájaros, el viento, la tierra, el agua, el fuego, los árboles, las plantas, las piedras y todos los espíritus y nuestros ancestros que nos acompañan.

Es cuidar nuestra familia, nuestras tradiciones, nuestras Memoria. Es perdonar el pasado y reconciliarnos con él.

Al vivir el Ïe cho entendemos que nos han impuesto un modelo de desarrollo que va en contra de la vida. La minería, represas y extracción de hidrocarburos destruyen las montañas y lagunas y a su vez están destruyendo a los pueblos y su memoria.

Para vivir en coherencia con la madre tierra, ella nos posibilita el poder dialogar y aprender con la medicina, el alimento, la palabra del tejido, el pagamento y los espíritus del territorio que a su vez nos habitan.

Ïe cho es resistir en comunidad, generando que nuestras relaciones estén equilibradas en reciprocidad y comun -unidad, aprendiendo colectivamente de las dificultades.

Caminar el Ïe cho es entender que al volver a ser tierra, nuestro cuerpo retornará a la madre.

Para entender el Ïe cho hay que caminarlo

¿Habéis dicho nosotros, indios, no iremos al cielo porque muriéndonos, nuestras almas también han de morir o se han de ir al páramo, y hacerse venados u osos? Pregunta tomada del confesionario incluido en el manuscrito anónimo N° 158th (siglo XVII) de la Biblioteca Nacional de Colombia.

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پفّ or śaff

  • Idioma: Mehri
  • región: Sur de Oman
  • Colaborador(a): Janet Watson, Abdullah al-Mahri, Khalid Ruweya al-Mahri, Faisal al-Mahri, Ali al-Mahri, Said Baquir
track; print; unexpectedly, it turns out to be
pista; huella; inesperadamente, resulta ser

Queremos llevarlos al sur de Omán y a la práctica del rastreo en el desierto, tal y como se describe en dos lenguas semíticas en peligro de extinción: Mehri y Shehret. La palabra śaf en Mehri (śɛf en shehret) significa ‘inesperadamente, resulta ser’ y está estrechamente relacionada con palabras que significan ‘pista, huella’: śaff en Mehri (śɛf en shehret). Khalid Ruqeya al-Mahri, un hablante de Shehret, y sus colegas hablantes Mehri nos ayudaron a comprender esta relación. Las huellas, al igual que las digitales revelan una identidad indiscutible que, de otro modo, podría no reconocerse. Mi huella dactilar es única para mí, y mi huella es igualmente única. En el desierto, desde lejos, uno puede creer que está siguiendo a un camello de una manada, pero al examinar de cerca las huellas de ese animal descubre que está siguiendo a un camello de una manada diferente. La huella, por lo tanto, revela la identidad única de un animal o una persona, y por extensión śaf ha llegado a utilizarse cuando una acción, un objeto o un acontecimiento que originalmente se creía que era una cosa, resulta inesperadamente ser otra.

Los hablantes más jóvenes del sur de Omán podrían utilizar śaf en frases como: śīnək ḥaybīt əkabs ḥaybayti śafs ḥaybitk . “Vi un camello que pensé que era mi camello, pero resultó ser tu camello”. Pero tal vez no aprecien el vínculo entre este giro de la frase y la vital importancia social del rastreo para los pastores de Mehri y Shehret en el pasado. El rastro revela la identidad sin ambigüedades, y un rastreo hábil puede ser una cuestión de vida o muerte. Los rastreadores más experimentados son capaces no sólo de identificar su propio ganado dentro de un rebaño extranjero, sino también de distinguir las huellas de los miembros de su comunidad de las de los forasteros. Faisal al-Mahri, hablante de Shehret, describió a un conocido rastreador al que le preguntaron de quién eran las huellas que veía en la arena. El rastreador dio el nombre de un hombre que en ese momento se creía que estaba en Kuwait. Su compañero le dijo que no podían ser las huellas de ese hombre. El rastreador insistió en que tenía razón. Cuando volvieron a casa, resultó que el viajero había regresado de Kuwait el día anterior. Las huellas eran en efecto suyas.

En una discusión reciente, un adolescente que hablaba shehret preguntó si la palabra śεf procedía deśof 'pelo'. Ali al-Mahri, hablante bilingüe de mehri y shehret, explicó que esta falta de conciencia entre los jóvenes que viven en la ciudad principal de Salalah se debe a la falta de caminos de tierra o arena en la ciudad: las huellas no pueden imprimirse en el asfalto sólido. La pavimentación progresiva del entorno, a medida que las fuerzas sociales, económicas y medioambientales van configurando la sociedad de Mehri y Shehret, hace que se pierda la actividad y la terminología del rastreo.


Śaff, Abdullah al-Mahri

Guión de Abdullah al-Mahri sobre śaff, traducido a continuación

En el pasado, la gente pensaba que podía beneficiarse de todo. Gracias a su profundo conocimiento del rastreo, reconocían las huellas de sus propios camellos, y sabían por las huellas de una camella si estaba embarazada o no. En el pasado, la gente no llevaba zapatos y podía distinguir las huellas de los demás. Una vez oí a un anciano contar la historia de alguien que robaba camellos. Después de robar los camellos, ese hombre se limitaba a caminar sobre las piedras. No puso deliberadamente los pies en la tierra para que la gente no pudiera seguirle la pista. La gente siguió las huellas de los camellos, pero no vieron ninguna huella de personas. Siguieron las huellas hasta el lugar donde el hombre había sacrificado los camellos. En el lugar donde había matado a los camellos, buscaron huellas de personas, pero no vieron nada. Así que no tenían ni idea de quién era el que los había sacrificado. A partir del profundo conocimiento de la gente sobre el rastreo, esa palabra entró en la lengua mehri y surgió una palabra con el significado de "conocimiento". También se podría decir, por ejemplo, creo que ese árbol es un sīmər árbol, pero inesperadamente resulta ser un árbol de Acacia tortilis. Hoy en día, muy pocas personas tienen la capacidad de identificar las huellas de los camellos y de las personas. Creo que esto se debe a que el estilo de vida de la gente ya no es como en el pasado. Hay mucha más gente, y viven en ciudades, y ahora la gente no es tan aficionada a los camellos como antes. Ahora toda la gente lleva zapatos y pueden hacer nuevas impresiones con los zapatos que llevan. Un anciano, cuando le pregunté cómo era capaz de reconocer las huellas de los camellos y de la gente, me dijo: 'Las conocemos por la zancada de la persona o del camello. Sabemos lo que pesa la persona o el camello. Y las huellas de algunos camellos tienen hendiduras o huecos. Lo sabemos por eso. Y en cuanto a los dedos de los pies de las personas, todos tienen diferencias en los dedos de los pies. Todos son diferentes. Podemos identificar quién es por sus dedos".

Huella de camello. Fotógrafo - 
Thomas de Burgh – 2012 – Halma, Oman www.nomadsinoman.com 
Huellas de cabra, camello y vaca. Fotógrafo – Said Baquir – 2021 – Oman
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Meeting Noongar elder Kathy Yarran

The first time I consciously recognized the intimate relationship between a landscape, language and people, was meeting an amazing Noongar speaker, Kathy Yarran, in Western Australia. I was living for a short while in Kellerberrin, a small farming town, hardly a town, just a few basic shops straddling the Great Eastern Highway on the edge of the farm belt and desert and a three-hour drive inland from Perth. Kathy was the oldest living Noongar resident and the last fluent speaker in town when we met, and possibly one of the wisest people I have encountered. She had a way of looking and speaking, which seemed to penetrate to your deepest thoughts and emotions. 

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ས་བདག or Sardak

  • Idioma: Ladakhi
  • región: Ladakh, India
  • Colaborador(a): Tsetan Angmo and Padma Rigzin featuring the sardaks of Ladakh
the ancestors and owners of the land
los antepasados ​​y dueños de la tierra

Volver a aprender a vivir con los fantasmas

Kayi, Kayi; Sardak na Doa-dak“Dueños de la tierra y las piedras, por favor acepten nuestra comida" Kayi es una extraña y antigua pronunciación de la palabra urdu Khao, que significa comer. Sardak se compone de dos palabras, sa (tierra) y dakpo/mo dueños de las piedras. Doa es piedra.

La palabra sardak significa mucho más que el inglésdueño de la tierra’; Las raíces de la palabra, con sus tentáculos, serpentean y nos llevan a la primera persona (el sardak original de una hogar) que estableció la primera granja, que le dio la comida. La granja que llevó a la formación de su hogar. Los miembros del hogar crearon el primer romkhang; el lugar donde se quemaba el cuerpo del muerto para convertirlo de nuevo en tierra y piedra. Las siguientes generaciones también se convirtieron en polvo en el mismo romkhang. Los hermanos se separaron y el número de hogares creció; se hicieron nuevos romkhang. El nuevo, sin embargo, debe tener un puñado de la tierra del original romkhang. Así que todas las personas que encontraron un lugar en el romkhang son dakpos; ; dueños de la tierra (sardak).

Romkhang es una palabra extraña. Significa la casa (khang) del muerto (ro). Pero el cuerpo no es solo un cuerpo; también es suelo/tierra. El polvo de cualquier Romkhang es una mezcla de los cuerpos de los antepasados. Inspirado por Donna Haraway, Tim Ingold, Anna Tsing y académicos nativos; escribo esto sentado en una casa no muy lejos de nuestro Romkhang. El Romkhang se encuentra entre piedras, rocas y sauces. En las zonas altas, hay que cultivar árboles para obtener combustibles y para construir casas. Estos árboles fueron plantados por mi abuelo, una de los últimos sardaks Su nombre era Tundup Palijor, que murió en los años 80, mucho antes de que yo llegara en forma humana. La esposa de Pailjor, Tashi Chuskit y sus dos hermanas, ambas llamadas Zangmo colaboraron en la plantación de esos árboles. El suelo de nuestro romkhang también contiene el cuerpo de mis antepasadas. La arboleda, característica del paisaje del pueblo, les debe su existencia

Si me alejo de la arboleda, veo granjas creadas en terrazas, y jardines de árboles plantados por los Sardaks de otros hogares. El paisaje desde su punto de vista ha quedado marcado por la presencia de los Sardaks. Las granjas, los árboles, las casas antiguas, los monasterios reparados, las estupas desmoronadas, los senderos, los puentes de madera, los lhatos (las residencias de los espíritus benignos) y otros fueron creados por los Sardaks. Ellos y su ganado dejaban senderos. Este paisaje me recuerda a nuestros antepasados. Están ausentes pero presentes, son como fantasmas. Sus fantasmas de los Sardaks pueblan el paisaje.

Al alejarnos un poco más, vemos que el valle en forma de T en el que se encuentra mi pueblo está rodeado de majestuosas montañas, formadas hace 50 millones de años cuando chocarons dos platos. En este paisaje, los humanos aparecieron mucho más tarde. Sin embargo, los insignificantes humanos han dejado marcas significativas en el paisaje. Los sardaks llevaban el agua a través de canales de riego desde el arroyo alimentado por el glaciar Shali Kangri hasta sus árboles y granjas. La forma de ser de los sardaks les permitió vivir aquí durante miles de años.

El paisaje estaba en constante creación. Sigue siendo. Predominan las casas nuevas construidas con cemento, hierro, madera y pintura importadas. Actualmente, los tres extremos del valle en forma de T están pavimentados con carreteras motorizadas. Todas las carreteras conectan el pueblo con la autopista nacional y, por tanto, con los circuitos de la economía global . El lado occidental está cercado por la red de hierro para impedir que los napos, un ungulado salvaje, entren en los campos cultivados. Los aldeanos opinan que la falta de hierba en los pastos silvestres es la rázon de su invasión, lo que a su vez apunta a las escasas nevadas en los inviernos. Se supone que las vallas metálicas son la defensa contra el cambio climático. Se nos dice que los glaciares del Himalaya se están fundiendo rápidamente debido a la sedimentación de hollín negro en la capa de hielo. Dos pueblos de Ladakh, Kumik y Kulum, han tenido que ser abandonados porque sus glaciares se derritieron y los manantiales se secaron. Ahora, en estos pueblos sólo viven fantasmas. Las casas de hormigón, los hoteles gigantescos y las vallas metálicas también están embrujadas. Los fantasmas de los caminos del pasado, con sus limitaciones humanas, persiguen estos lugares. Los fantasmas están en todas partes, si sólo pudiéramos aprender a ver.

Volviendo al romkhang, durante las festividades de Losar (el Año Nuevo de Ladakh), los miembros vivos de la casa llevan comida para los sardaks en los romkhangs. Es durante esta época cuando en la región de Sham de Ladakh se pronuncian estas palabrasKayi, kayi; sardak na doa-dak. Por favor, acepta nuestra comida. Esta práctica se llama sheme. El Sheme es un recordatorio del legado de los que vivieron antes que nosotros. Nunca había visto a Tundup Paljor, pero cuando era niño, llevaba comida para él y sus otros compañeros. La invasión moderna de los dualismos - cuerpo/suelo, vida/muerte, sujeto (yo) / objeto (paisaje) - está destruyendo prácticas como el sheme y nos está cegando para notar las conexiones y el co-origen de todo. Con las conexiones ocultas, nuestro paisaje existe ahí afuera para ser contemplado (por los turistas) y para ser domesticado (por los ingenieros y contratistas) etc. La verdadera fe ciega es hacer que el paisaje esté muerto. Frente al paisaje anodino, muerto y feminizado, a la espera de ser domado, el sheme ilumina y encanta con magia, con fantasmas. Nos invita a reaprender otras formas de mirar. Revela la historia viva de nuestra tierra a través de los fantasmas de los antepasados, los sardaks.

Este escrito se inspiró en el trabajo de Donna Haraway, Tim Ingold, Anna Tsing y académicos nativos.

Un pueblo en la región de Changthang de Ladakh
Romkhang de un hogar en la región Sham de Ladakh
Ofrendas de comida en el romkhang
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Español de Colombia